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Israel, EEUU y Turquía: nada volverá a ser igual
viernes, junio 11, 2010




Amsterdam, 7.Junio.2010

Con la tripulación y pasajeros del Rachel Corrie esperando la deportación, Israel cierra una semana en la que ha provocado la ira mundial. A pesar de que la nave irlandesa fue abordada sin incidentes, la imagen israelí ha sufrido un golpe que quizá termine siendo fatal. George Friedman, director de la agencia de inteligencia STRATFOR, decía que “el asalto por parte de comandos israelíes a una flotilla turca cargando ayuda humanitaria a Gaza supone un punto de inflexión en la relación entre EEUU e Israel”.

Las palabras de Friedman son especialmente significativas. En una sola oración, logró reunir los elementos claves para entender la situación. Las palabras “asalto” y “comandos” recuerdan la desproporcionalidad del incidente, mientras que “ayuda humanitaria” deja claro que es la situación inaceptable de la población de Gaza la que sirve de motor para estos incidentes. Finalmente, las referencias a Israel, EEUU y Turquía establecen los principales actores en el drama que se está desarrollando. La alianza entre estos tres, forjada durante la Guerra Fría, es ya casi historia. Los intereses de cada uno ya no son los mismos y cada uno de ellos, pero especialmente EEUU e Israel, enfrentan ahora decisiones cruciales de cara al futuro.

Israel: jugando con fuego

Pocas personas quisieran estar en este momento en los zapatos de Benjamin Netanyahu. El Estado judío se encuentra atravesando una mala racha, una de esas en las que todo lo que intentas te sale mal. Esta racha ha estado marcada por graves errores en la planeación, ejecución e impacto de sus acciones. Desde la desastrosa guerra de 2006 en Líbano, esta tendencia se ha hecho más y más evidente, como atestiguan la “Operación Plomo Fundido”, el asesinato de Mahmoud al Mabouh en Dubai, las afrentas a EEUU, Europa, Qatar o Brasil, el incidente con el académico estadounidense Noam Chomsky y, finalmente, el asalto al Mavi Marmara. Esta sucesión de errores se ha visto reforzada por una alarmante falta de autocrítica. Hace unos días, tanto Netanyahu como su canciller, Avigdor Lieberman, poco menos que aseguraban que el mundo entero estaba en contra de Israel. El cómo dos políticos de talla mundial hacen declaraciones como esa sin ningún tipo de problemas habla volúmenes de la actual actitud israelí.

Pero, ¿cómo ha llegado Israel a este punto? Para Reva Bhalla, jefa de análisis de STRATFOR, gran parte de las respuestas se encuentran en la incapacidad israelí para adaptarse a las nuevas amenazas. “Grupos como Hizbulá o esta ONG turca saben como explotar las relaciones civiles-militares en la sociedad israelí y el nivel de escrutinio internacional al que Israel se expone cada vez que hay un conflicto. Los rivales de Israel saben que pueden ponerlo en aprietos empleando tácticas de guerrilla, exponiendo un gran número de civiles al fuego israelí y atrayendo la atención de los medios”.

Por otro lado, en Israel nadie parece capaz de analizar la situación y cambiar el rumbo. En todos y cada uno de estos incidentes, la reacción ha sido la misma, usando los mismos argumentos, y reforzando lo que en varios medios se ha bautizado como la “mentalidad de asedio”. Algún analista incluso ha llegado a sugerir que Israel sólo es capaz de funcionar cuando sabe que el mundo está en su contra.

Más allá de esto, lo cierto es que Israel se encuentra en la peor posición internacional de su historia. El asalto al Mavi Marmara ha sido la culminación de una serie de desastres diplomáticos: Turquía, antaño aliado fundamental en la región, está ahora ofendida y enfurecida. EEUU, la piedra angular sobre la que se sostiene todo en Israel, ya estudia un cambio en su actitud hacia el bloqueo de Gaza. Israel, un país que de ninguna manera puede sobrevivir aislado, parece haber sobreestimado su posición. Ahora deberá decidir entre seguir con su agresiva “mentalidad de asedio” o suavizar sus posiciones, con la consecuente imagen de debilidad que esto le acarrearía.

El renacimiento turco

De todos los errores cometidos por Israel recientemente, quizás el más garrafal haya sido el no haber sabido tratar con Turquía. Tradicionalmente, Turquía ha sido un país secular, empeñado en parecerse más a la Europa que tiene a su Oeste que al mundo árabe que yace a su Este. En este contexto, Israel encontró un vital aliado. Turquía, miembro de la OTAN, siempre vio en su relación con Israel una manera de complacer a EEUU y, quizá más importante, a la Unión Europea, el club al que tanto ansiaba entrar.

Pero desde que Recep Tayyip Erdogan y su AKP llegaron al poder en 2003, las cosas han ido cambiando. Turquía ha pasado de ser un paria pseudoeuropeo a una potencia emergente, heredera del Imperio Otomano. Este radical cambio de mentalidad, inspirado en las ideas de su canciller Ahmet Davutoglu y su doctrina de “cero problemas con los vecinos”, ha hecho que Turquía haya dejado de esforzarse por satisfacer a Occidente y empiece a posicionarse como una potencia regional. El distanciamiento de Israel es también parte de la estrategia turca. “Turquía es el actor principal de la región, y está usando eventos como esta crisis para mejorar sus credenciales en el mundo islámico”, apunta Bhalla.

Ankara emerge de esta crisis como el gran ganador. Su complicidad con la flotilla, sea poca o mucha, es innegable, al igual que innegable es el hecho de que el objetivo expreso de la misión era provocar a Israel. Jerusalén, por su parte, sufre las consecuencias de no haber sabido lidiar con el cambio de actitud turco. Ha caído repetidamente en sus 'trampas' y ha reaccionado tarde y mal a ellas. Sea lo que sea que Israel decida hacer, está en una posición de desventaja completa. El gigante turco está despertando poco a poco. Nadie debería extrañarse si dentro de unos años es Bruselas la que le pide a Ankara que se una a la UE.

EEUU: difícil decisión

Hace unos meses, David Petraeus, jefe del Comando Central estadounidense, lo dijo alto y claro: “nuestra relación con Israel es importante, pero no más que las vidas de nuestros soldados”. Y hace sólo unos días, Meir Dagan, jefe del Mossad israelí, aseguró que “Israel está pasando de ser un activo a ser una carga para EEUU”. Ambas declaraciones muestran una dura realidad: los intereses de Israel y EEUU ya no coinciden. Y ya sabemos que, como diría John Foster Dulles, “EEUU no tiene amigos, sino intereses”.

Actualmente, la prioridad estadounidense es salir de Afganistán e Irak. Debido estas guerras, EEUU es un gigante maniatado. Durante estos años, Rusia ha renacido y ahora expande su influencia sobre su periferia. China se encuentra en una situación similar, y países como Corea del Norte o Irán saben que hay poco o nada que EEUU pueda hacerles mientras estén embrollados en estas guerras interminables. “El asunto iraní va más allá del tema nuclear. En el fondo, es una disputa sobre el futuro del balance de poder en Medio Oriente, y EEUU no tiene ningún interés en resolverla de manera militar. Pero mientras EEUU se mueve hacia un rol negociador y trata completar su retirada de Irak, más dependiente se vuelve de Turquía, el único poder regional capaz de trancender la divisón entre árabes y persas y ayudar a llenar el vacío”, opina Bhalla.

Washington debe ahora tomar una decisión. Deberá decidir entre Turquía o Israel. Si sigue con su apoyo ciego a Israel, su imagen se seguirá deteriorando y salir de Irak y Afganistán se hará imposible. Mientras, potencias como China, Rusia e incluso Brasil o la misma Turquía continuarán expandiendo su influencia a nivel mundial. EEUU seguramente tratará de balancear las cosas, pero Turquía en estos momentos es un aliado que Washington no se puede dar el lujo de perder. La alianza que funcionó tan bien por décadas se ha roto. Turquía ya no necesita un guardaespaldas contra los soviéticos, ni una gran amistad con Israel. EEUU, por su parte, necesita a Turquía más que nunca y poco a poco se va dando cuenta de que su actitud con Israel en los últimos 40 años ya no es sostenible. Finalmente, Israel sigue dando bandazos, como un barco a la deriva en el medio de una tormenta. El rechazo a la propuesta de la ONU de una investigación conjunta con EEUU y Turquía del incidente habla por sí solo.


posted by RicAngel @ 07:25  
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