Después de largo tiempo, nuevo post (largo también). Este es un nuevo ensayo traducido de Greg Graffin, para todos los interesados en saber algo más acerca de que es el punk y su idiosincracia. Feel free to leave your comments please!
A PUNK SYNOPSIS Greg Graffin
Hace como 2 semanas recibí una carta de un punker que decía que solía ser fan de Bad Religion. Solía ser, explica, hasta que lo defraudamos sacando a la venta nuestros 2 últimos álbumes, que no se ajustaron a su definición del punk. No había canciones en contra de “lo establecido”, reclamaba (lo que, por cierto, no es verdad), así que, ¿como se podía llamar Bad Religion? Realmente, ¿cómo pueden hacerse llamar punks? Continuaba dando a entender que no sabíamos nada del punk porque estamos tan fuera de él. Estaba claramente enojado, e intolerante con el contenido de nuestra música en la actualidad. El creía que la santidad del punk establecido había sido infringida de alguna manera en nuestros 2 últimos álbumes (pero también decía que nuestros 7 álbumes anteriores no eran culpables de este delito).
Ese mismo día me crucé con alguien en la calle en la ciudad donde vivo y esa persona me reconoció como el cantante de Bad Religion. Como el muchacho que me envió la carta, éste también era un punker, pero no estaba enojado ni crítico. Conversamos durante un breve rato y me habló acerca de la manera en la que los jóvenes en la actualidad son cada vez más hostiles hacia los extraños, y no quieren escuchar a nadie que no sea de su cómodo grupo de amigos. Y de cómo las personas parecen ser motivadas en la actualidad, por una fuerza invisible, a ser de mente cerrada. Su deseo abierto de opinión, y su enfoque en temas relevantes fueron refrescantes para mí y me hicieron recordar todas las cosas grandiosas acerca de los punkers con los que crecí y con los que todavía interactúo: de mentes abiertas, inclusivos, sencillos, nada presuntuosos, y con el deseo de confrontar a las personas o instituciones que parecían injustas. En vez de estar preocupados por establecer una institución mediante la cual pudiéramos excluirnos los unos a los otros (lo que, tristemente, es lo que algunos punkers realmente quieren), estábamos interesados en incluir a los que se sentían alienados por, o desilusionados con su entorno social.
Ese día experimenté algunas de las mejores cosas del punk, las características exhibidas por el muchacho en la calle, y lo peor del punk: el pensamiento negativo, egoísta y dogmático del muchacho que escribió la carta. Ambos eran punkers auto reconocidos y sin embargo eran polos ideológicos casi opuestos. Llevo ya 16 años siendo miembro de esta extraña sub-cultura, y me he dado cuenta que tiene sus facciones liberales y conservadoras. En ese sentido es el microcosmos de una sociedad en general. Tratar de hallar la definición universal del punk es una tarea inútil. Su significado es confuso en todos lados por las circunstancias contextuales. La niña de 16 años miembro de una familia religiosa y adinerada que asiste a misa todos los domingos con su mohawk verde y su camiseta de “Fuck Jesus” es punk. Pero también lo es el profesor de Biología de 42 años que asevera que las ideas de Charles Darwin están erradas. Ninguna de las 2 personas ha escuchado hablar de la otra, ni se han conocido, ni siquiera han frecuentado el mismo club “underground”. Sin embargo su desafío hacia las instituciones establecidas, su repugnancia hacia el pensamiento dogmático los une espiritualmente. Se desconoce si esto es genético o aprendido. Pero yo también siento una afinidad hacia todos los que comparten estas características. No me siento aliado a aquellos que son exclusivistas, elitistas, y que piensan que su modo de vida es un modelo para que los demás vivan la suya. Mi filosofía fue inculcada por el modo libre de pensar de mis padres, por supuesto, pero también por la confusión que experimenté durante mi crecimiento. A pesar de que muchos jóvenes lo han tenido más difícil que yo, he encontrado un montón de personas que se hacen llamar punks que han tenido experiencias similares.
En 1976, a la edad de 11 años, me mudé con mi mamá y mi hermano a la ciudad de San Fernando Valley en los Los Angeles. Como los otros millones de víctimas del divorcio en los años 70 tuve que enfrentarme al hecho de que mi papá ahora vivía muy lejos (en Racine, Winsconsin) y que no lo iba a poder ver tanto como los otros niños veían al suyo. Este dolor se combinó con la alienación desconcertante que sentía siendo un chico de Winsconsin en Junior High School (Escuela secundaria) en el distrito escolar unificado de Los Angeles. Había entrado a un panorama como nunca lo había experimentado en mis 11 años de vida. Tenía el cabello chocolate oscuro, ondulado, inmanejable, imposible de amoldar hacia algunos de esos peinados “rock-and-roll” de los 70’s que eran tan populares. Usaba camisetas baratas de K-Mart y corduroys porque eran más baratos que los jeans y no teníamos mucho dinero. Usaba zapatillas baratas, generalmente de K-Mart o Payless, gastadas y con logos ridículos que emulaban las verdaderas marcas populares que todos los otros niños usaban.
Andaba en una bicicleta Sears de 10 velocidades que era lenta, pesada y que no podía saltar o deslizarse. Tenía una patineta azul, plástica con ruidosas balineras que era totalmente inadecuada para los skateparks que eran tan populares en California del sur. No había ido a una playa en toda mi vida, y la veía como un lugar para ir a nadar, no como el símbolo de un estilo de vida. La gente me preguntaba ¡¿Hey…sales a fiestar?! Pensaba en nuestras fiestas infantiles de año nuevo allá en Racine. Nos quedábamos hasta pasada la media noche y comíamos helado y soda, pero aparte de eso no tenía mucha experiencia en fiestas. Me tomó como seis meses el darme cuenta que fiestar era sinónimo de drogarse.
Veía compañeros de 7mo grado venir a clase con ojos rojizos sonrisas eufóricas, apestando a humo de marihuana (al principio no sabía que era ese olor). Mis compañeros de laboratorio tenían proyectos secretos que sacaban solo cuando el profesor, Mr. Feers, tomaba su descanso para fumarse un cigarrillo. Sus proyectos consistían en cilindros de poliuretano, sellados en un extremo, pulidos suavemente alrededor del otro, y algunos agujeros de ¼ de pulgada forjados rápidamente en la prensa de agujeros. Yo estaba desconcertado cuando uno de ellos me preguntó: Hey!...mira mi bong, ¿no está “bitchin’”? No solamente no sabía lo que era un bong…tampoco entendí el adjetivo que utilizó para describirlo (bitchin’), y menos la razón por la cual lo escondía.
Lo que sí sabía era que había algún extraño secreto acerca de esto, y que yo no era uno de los bienvenidos a la información. Los chicos escalaban la escalera social revelando sus conocimientos de la cultura rock and roll y compartiendo sus colecciones secretas de “black beauties”, “Quaaludes” y “joints” (porros). Si participabas de sus ofertas, eras uno de ellos, un confidente con confianza. Si tenías miedo de participar, eras un loser (perdedor) de 2da clase. En otras palabras, si te dejabas llevar por la corriente, complacido y sin cuestionamientos, eras aceptado y recompensado con status social. Si cuestionabas la norma, o ibas “against the grain” de alguna manera, estabas en un camino rocoso hacia abajo en la escalera.
Yo me achiqué bajo esta presión. Incapaz de competir, pero reacio a callarme, vine a hacer amistad con una clase particular de personas que eran etiquetados como geeks, nerds, kooks, dorks, wimps y pussies (o wussies si combinas las dos últimas). Empezamos a pasar tiempo juntos y hacíamos cosas creativas después de la escuela, pero el alivio más grande a mi sufrimiento vino de la música. Teníamos un viejo piano espineta que tocaba, y cantaba canciones que me aprendía de oído. Deseaba adquirir una identidad musical al igual que mis pares en la escuela, pero a mí no me inspiraban las bandas que formaban la fábrica de esta quemada cultura de drogas: Led Zeppelín, Rush, Kiss, Journey, Foreigner, Styx, Ted Nugent, Bad Company, Lynard Skynard, entre muchas otras.
Afortunadamente, a la edad de 14 años, había descubierto un show de radio los sábados y domingos por la noche que presentaba bandas locales de Los Angeles. Descubrí esta emisora porque yo era el único en L.A. que tocaba Todd Rundgren de vez en cuando. Mi amigo en Winsconsin y yo habíamos crecido amando Todd y Utopia porque eran rock melódico, pero de alguna manera por debajo de la tendencia dominante de la música popular. Ésas características todavía me atraen, y generalmente guían mis preferencias hacia otras bandas.
No puedo exagerar la importancia de ese show de radio en el desarrollo de mi personalidad musical. Se llamaba “Rodney on the Roq” (en la emisora KROQ) y probaba que había una comunidad entera de personas en la misma ciudad que usaban la musica para compartir su alienación y confusión acerca de la cultura que los rodeaba. También probaba que no era necesario ser un virtuoso o tener contrato con una gran casa disquera para sonar en la radio. Los discos que ponía no eran producciones de alto presupuesto. Frecuentemente Rodney simplemente ponía demos, o acetatos (sencillos de vinyl o E.P.’s de uso limitado). Era gloriosamente vulgar, y de inspiradora simplicidad.
Yo deseaba ser parte de esta comunidad de músicos. La música era entrañable, sincera, sentida y desesperada. Hablaba del sufrimiento que proviene de la presión del conformismo, y de la carga que nos es colocada por los que están en el poder, y de la celebración de pertenecer a una comunidad de desencajados sin poder. Aunque era interpretada por una gran variedad de bandas, de diferentes raíces. Me convertí en un punk a los 15. Me corté mi cabello ondulado bien corto, me lo teñí de negro, y empecé a hacer mis propios t-shirts. Era lo suficientemente creativo y a través de los años había experimentado escribiendo canciones en el piano con mis amigos tocando ollas y sartenes, usando grabadoras baratas. Estábamos decididos a mandarle una grabación a Rodney on the Roq. Pero antes de que nada de eso pudiera materializarse, un compañero “wussie” me presentó a los muchachos que formarían Bad Religion.
A finales de ese mismo año, 1980, había hecho mi primera grabación y Rodney la puso. Usualmente esto habría convertido a cualquiera en un héroe en su secundaria, ¡un verdadero artista como compañero! Pero mis pares de la secundaria estaban violentamente opuestos a esta nueva subcultura en evolución. No era la clase de música que glorificaba el sexo, las drogas y el rock-and-roll. No era melodiosa y no inspiraba a la gente a emborracharse. Yo era visto como un enemigo de su modo de vida. Éramos tres los punkers en la escuela. Y los tres sufrimos alguna vez de ataques físicos de parte de personas que nos agredían por nuestras preferencias musicales.
Esto me asustó y a la misma vez me hizo sentirme poderoso. Me hizo darme cuenta de lo frágiles que realmente eran la mayoría de los conformistas, lo fácilmente que podían ser llevados al límite donde perdían el control. Encontré un gran consuelo en la comunidad con otros punkers de diferentes escuelas, todos con historias similares de opresión y abusos. Mi casa se convirtió en un lugar de reuniones y mi garaje en lugar de ensayos (mi mamá era indulgente, pero también estaba siempre trabajando, así que no había intervención adulta). Empecé a sentir que había una manera de tratar con la desilusión con mis alrededores culturales. Pero era a través del cuestionamiento, el desafío y la provocación, no a través del conformismo y la aceptación.
Esta actitud me volvió un poco más perceptivo acerca de la interacción social humana, y un mejor crítico; pero también me volvió mas cínico, y menos comprensivo para aquellos seres cercanos que no eran punks, y consecuentemente empeoró mi habilidad para tener relaciones íntimas. Nosotros los punkers estábamos unidos por lo que considerábamos una causa más profunda, nuestro deseo de superar la presión social. Era una presunción tácita que todos teníamos los mismos sentimientos, porque todos éramos tratados similarmente por la sociedad. El énfasis era siempre sobre los problemas de nuestro grupo y no sobre los de una persona en particular (había muchas más canciones de “nosotros”, “nuestro” que de “yo” o “mío”). Quizás por esto es que muchos de mis amigos se engancharon a las drogas, y algunos se suicidaron. Mis amigos punks no practicábamos el entendimiento o la comprensión, solo exhibíamos tolerancia.
Este punto débil naturalmente se hacía extensivo a los sexos. Yo simplemente asumía que las mujeres eran iguales a todos los niveles. Se vestían de manera similar, tenían peinados similares, e inclusive bailaban el slam-dance con nosotros los hombres. Me parecía que su sufrimiento era nuestro sufrimiento. Nunca se me ocurrió que tal vez ellas veían la escena punk de una perspectiva única. Los problemas puramente femeninos no eran parte de nuestra agenda. Ambos sexos estaban muy ocupados siendo fuertes y duros. Era maravillosamente igual, y me sentía orgulloso de mi perspectiva igualitaria de los sexos. A día de hoy, soy muy tolerante con las expresiones femeninas, pero pésimo entendiendo sus necesidades. Y me paso el tiempo con mis amigos hombres hablando de asuntos mundanos o problemas mundiales, no de deseos personales o sentimientos. Esto ha interferido en numerosas amistades íntimas, y ha debilitado mi habilidad para ser un buen esposo.
Decidí ir a la universidad. Pensaba que sería un lugar donde las voces discordantes serían reconocidas y aplaudidas. Esta visión romántica me atraía. Me encantaba tocar en mi banda y contribuir a desafiar la música popular, pero también deseaba más. Sentía un urgente deseo de cuestionar más que la escena musical o las modas de la gente. Decidí que podría tocar en la banda los fines de semana y vacaciones, y que podría escribir acerca de los asuntos relevantes que discutiría en la universidad.
Pero me doy cuenta ahora, en retrospectiva, que la universidad estaba tan repleta con la presión del conformismo como mi escuela. Los estudiantes eran recompensados por pensar como el profesor. Raramente se veían profesores que intentaban provocar y obtener ideas originales de los estudiantes. Más frecuentemente éramos recompensados por repetir la misma retórica en los exámenes que ellos profesaban en sus discursos, que eran parecidos a los discursos “State-of-the-Union Addresses” de cualquier disciplina.
Aunque tuve la suerte suficiente para encontrar en mi facultad tres maravillosos e inspiradores consejeros, que elogiaron mi originalidad y me hicieron sentir más inteligente de lo que probablemente sea. Me entristecía pensar que hubiera tan pocos como ellos. Me volví agudamente consciente de que la experiencia universitaria usual para la mayoría de los estudiantes de indoctrinación hacia el pensamiento prescrito de una sociedad privilegiada. Era como una receta de lo que era aceptable para la sociedad. Y en ningún momento de ese proceso de socialización se proporcionaba una guía para tratar con maneras alternativas de pensar.
Consecuentemente, mi índice universitario fue ligeramente superior al promedio. Pero gracias a las fuertes recomendaciones y consejos de mis asesores de que siguiera mis originales ideas de investigación, fui capaz de continuar y recibir un Master of Science Degree en Geología. Seguí y entré al programa de Ph.D. (Doctorado). Mis dos postgrados me han enseñado que la manera de obtener el éxito en nuestra sociedad es caminar la frágil línea entre el entendimiento del dogma inherente a la ideología prevaleciente y el saber mostrarle a la gente poderosa que tienes tus propias ideas pero que no deseas infringir su tolerancia. La originalidad tiene un umbral de tolerancia muy bajo.
Durante el último año y medio he tenido el privilegio de viajar más de lo que muchas personas lo hacen en toda una vida. Mientras conocía más y más el mundo, me daba cuenta que en cada nivel de la sociedad y la cultura hay enseñanzas que dictan la manera en la que nos debemos comportar, y que de una manera u otra controlan la libertad de expresión de las personas y su capacidad de vivir vidas felices. Siento que es el regalo de los seres humanos el ser capaz de desafiar y confrontar estos principios, y compartir maneras nuevas de evocar la originalidad de los demás. Me alegro de no ser un animal.
Hoy tengo una visión más sofisticada de mi entorno social. Tengo hijos, soy dueño de una casa, tengo seguro, tomo decisiones financieras. Mis ideas del mundo provienen de fuentes dispares: geología, biología orgánica, la música, los viajes y la paternidad. Esta pluralidad asegura mi individualidad. Y el aprender a ser un individuo ha sido el mejor regalo que he recibido al crecer como un punk. Soy consciente de los estereotipos, y trato de no encajar en ellos. Ningún geólogo que haya conocido es también conocedor del negocio de la música y de manera similar ningún músico que haya conocido entiende la historia de la tierra como yo. Me siento orgulloso de esta singularidad impredecible.
Extrañamente, el punk se está volviendo rápidamente popular. El pasado año, más gente compró discos, t-shirts y boletos de conciertos de punk que nunca antes. Como en cualquier situación capitalista, el mercado punk está experimentando un cambio de enfoque del intento original del arte (o producto) hacia la creación de un credo o indoctrinación que envuelve el mercadeo de un producto. ¿Porque otro motivo casas disqueras completas se mercadean como sellos punk? Porque están vendiendo una moda y construyendo un séquito sub-cultural en vez de promover la honestidad y la creatividad de sus artistas. Esta es una triste situación en la industria musical que ocurre tanto a nivel de sellos independientes como de los líderes de la industria. Por lo tanto, no es de extrañar que haya un montón de “policías” punk allá afuera monitoreando si las bandas como la nuestra encajan en el estereotipo, y cumplen con su visión dogmática de aceptancia. Exhiben el mismo comportamiento que los clones académicos que se gradúan por miles cada primavera, listos para discriminar a los que desafíen su ideología aprendida. La carta que recibí hace dos semanas de parte de ese fanático descontento fue una triste reminiscencia de la persecución que experimenté en la secundaria de parte de los marihuaneros. También es un brillante ejemplo de lo fácil que es seguir la línea y abogar por sentimientos vacíos y sin originalidad, que me motivan a seguir provocando.
. rap•ture (răp'chər) n. 1. The state of being transported by a lofty emotion; ecstasy. 2. An expression of ecstatic feeling. Often used in the plural. 3. The transporting of a person from one place to another, especially to heaven. Traducción: Español n. - éxtasis, arrobamiento, embeleso v. tr. - estar encantado Las definiciones arriba expuestas son meramente para hacernos una idea del significado de la palabra. Sin embargo, dentro del contexto que vamos a manejar, la palabra rapture adquiere un significado mucho más amplio –como se podrá ver a lo largo del documento—que es necesario asimilar para poder comprender completamente el post. Lastimosamente, y a pesar de mi intensa búsqueda, no fui capaz de encontrar documentos en español acerca de este tema, ni siquiera fui capaz de encontrar una “palabra oficial” en el idioma español para rapture index. Tampoco fui capaz de encontrarla para el concepto “rapture” y todo lo que conlleva en el contexto cristiano. Hechas las aclaraciones, pasemos a lo que nos interesa. Me tomaré la libertad de referirme al rapture index en inglés ya que no me parece preciso referirme a él como “índice de éxtasis” o algo por el estilo. Allá vamos. El rapture es un concepto inmenso. Es un término comúnmente utilizado para referirse al evento en el que –según algunas escatologías cristianas—todos los cristianos “salvados” serán “tomados” por Dios y llevados al Cielo. A pesar de que casi todas las formas de Cristianismo creen que todos los “salvados” entrarán al Reino de los Cielos, el término “rapture” usualmente se aplica específicamente a aquellas teorías que sostienen que aquellos cristianos que estén vivos antes del fin del mundo serán “tomados” y llevados al Cielo, y que habrá un período intermedio de tiempo en el que los no-Cristianos permanecerán en el mundo hasta que Cristo llegue a establecer su Reino en la Tierra. Éste período de tiempo se denomina “tribulation” (me referiré a él como “tribulación”), y es muy importante pues alrededor de él giran las distintas teorías del rapture.
El rapture viene en distintas versiones. Ni siquiera para un evento tan abrumadoramente importante se pueden poner de acuerdo sus defensores; así, el mundo ya no es solo los que creen en el rapture y los que no (a ojos de los primeros sería, los que desapareceremos e iremos al cielo y los que no), sino que los primeros se dividen en los que creen en el rapture pre-tribulación, post-tribulación y mid-tribulación. Pero, ¿qué es exactamente la tribulación? Básicamente, la tribulación es el período de 7 años previo al día del Fin del Mundo. Sí, son los últimos 7 años de vida de nuestro Universo como lo conocemos, –hasta que llegue el Dios destrozador de planetas y galaxias a juzgar nuestro cristianismo—pero ahí no acaba todo. Los milagros de la ciencia y la tecnología han permitido a los estudiosos no sólo saber la duración exacta del período de tribulación, sino que también saber que estará dividida en 2 períodos de 3 años y medio cada uno. El primer período es el período en el cual el Anticristo va cogiendo fuerzas y adeptos y el segundo es el período en el cual gobierna malvada y despiadadamente la Tierra hasta que llegan las legiones de Dios a acabar con todos los pecadores del Universo. Éste período también es conocido como la Gran Tribulación. La primera “corriente” de los creyentes en el rapture es, por supuesto, la del rapture pre-tribulación. Como su nombre lo dice, éstos iluminados creen que el rapture tendrá lugar justo al comienzo de la tribulación. Ésta corriente es por decirlo así, la más “rapture-esca” ya que tendría como consecuencia que desaparecieran miles o millones de personas repentinamente de la Tierra, ya que serían simplemente “tomados” por Dios y llevados al Cielo, para luego regresar con Él al final de los 7 años y juzgar a todos los que escogieron quedarse del lado del malvado Satán. Hay que destacar los misericordiosos que son los que defienden ésta corriente ya que no se consideran los únicos que serán llevados al Cielo repentinamente, sino que saben que al desaparecer, mucha gente se dará cuenta de que ellos estaban en lo cierto y se convertirán al verdadero Cristianismo. Éstos nuevos conversos tendrán que atravesar todo el período de tribulación con todos los que quedan en el mundo, pero al final se salvarán. Ésta visión del rapture está creciendo a pasos agigantados y su creciente popularidad se debe en gran parte al trabajo de predicadores como Tim LaHaye y Hal Lindsey.
La segunda versión del rapture, menos apoyada actualmente, es la del rapture post-tribulación. Sobra decir que éstos son los que creen que el rapture tendrá lugar al final de los 7 años de tribulación. Esto implica que atravesarán junto con todos los humanos el periodo de la Gran Tribulación, en el que Satanás gobernará la Tierra a su voluntad. Por supuesto que esta versión contempla que los verdaderos cristianos serán protegidos de una u otra manera de la furia de Dios y todo lo que pasará en el Juicio Final. Existe una tercera corriente, la del rapture mid-tribulación que sostiene que los salvados permanecerán durante el primer período en la Tierra pero serán “tomados” y llevados al Cielo al inicio del segundo período, en el que Satán dominará la Tierra. Otros detalles del rapture que es bueno conocer son que la gente desaparecerá repentinamente, y que los muertos que serán salvados serán revividos para luego ser llevados al Cielo inmediatamente. Así que no se extrañen cuando empiece a desaparecer gente repentinamente: simplemente son parte del rapture. Sabedores—pero no partícipes—de la grandeza e importancia del rapture, salta otra gran pregunta: ¿Qué es el rapture index? Según la página Web www.raptureready.com, el hogar del rapture index y una de las páginas más importantes, por no decir la más importante, del rapture pre-tribulación a nivel mundial, el rapture index se define así: “El rapture index tiene 2 funciones: una es el de agrupar una serie de factores apocalípticos dentro de un indicador cohesivo, y la otra es la de estandarizar esos factores para así eliminar la amplia variación que existe actualmente con el reporte de profecías. De ninguna manera el rapture index está diseñado para predecir el rapture, sin embargo, el index si está diseñado para medir el tipo de actividades que pueden actuar como precursoras del rapture.” “Se podría decir que el Rapture Index es el Dow Jones de la actividad apocalíptica, pero pienso que sería mejor verlo como un velocímetro profético. Mientras más alto es el número, más rápido nos movemos hacia el rapture pre-tribulación.” Rapture Index: 85 o Menos: Actividad profética lenta Rapture Index: 85 a 110: Actividad profética moderada Rapture Index: 110 a 145: Actividad profética pesada Rapture Index: Superior a 145: Abróchense los cinturones
A día de hoy, el rapture index está en 156, y su última actualización fue el 24 de Abril de 2006. El rapture index está basado en 45 categorías proféticas que fluctúan constantemente dependiendo de los acontecimientos en el escenario internacional. Las categorías incluyen, entre otras: Falsos Cristos, Satanismo, Desempleo, Inflación, Abuso de Drogas, Anti-Cristianismo, Falsos Profetas, Gog (Rusia), Persia (Irán), Liberalismo, El Anticristo, Derechos Civiles, Plagas, Clima o Inundaciones. Todas y cada una de estás categorías tienen un puntaje, que oscila entre 1 y 5, y que sumados conforman el rapture index en su totalidad. Como salta a la vista, actualmente estamos bastante por encima del nivel de “Abróchense los cinturones”, lo que debería ser causa de gran preocupación: El Final está cercano. Continuando con la explicación, resulta curioso saber qué tipo de acontecimientos afecta a qué categorías en específico, así que ahí van algunos ejemplos: • Satanismo: Se ha reportado que el Satanismo está floreciendo en Rusia • Gog: El líder ruso Putin invitó a Hamas a Moscú para conversar. • Persia: El Presidente Bush ha advertido que Irán pretende construir bombas nucleares. Llegados a este punto, es clave señalar una cosa, que resulta ser la piedra angular del gran problema que representan estas personas para el mundo como lo conocemos: Estas personas desean con toda su alma el rapture. Así es. La frase que define la última categoría, “Fasten your Seatbelts”, de ninguna manera quiere decir “Peligro” o “Cuidado”, sino todo lo contrarios: Abróchense los cinturones, porque ya nos vienen a buscar. Si todavía no ha salido de su asombro, se lo vuelvo a repetir desde otro punto de vista: todas las cosas desastrosas, perversas, desestabilizantes, destructoras, devastadoras, etc., que ocurran o puedan ocurrir en el mundo no sólo no son problemas para éstas personas, sino que son cosas deseadas. Y lo que es muchísimo peor: existen graves sospechas de que puedan incluso ser provocadas. ¿Estamos hablando de gente que desea con tanta intensidad el rapture, que son capaces no sólo de no hacer nada por evitar, sino de hasta contribuir conscientemente a la destrucción de la Tierra? La respuesta, señores, es un sonoro y rotundo SI. Me gustaría recomendar en este momento la lectura del ensayo que traduje de Bill Moyers (“There is no Future”) y que posteé anteriormente en este blog. En él, Moyers se despacha a gusto de éste problema, sólo que lo enfoca a las cosas que realmente importan: la ecología y el futuro de la Humanidad. El hecho de simplemente imaginar que haya gente en posiciones de verdadero poder que compartan estas ideas causa como mínimo escalofríos. Tristemente, no son inventos, en el ensayo de Moyers inclusive hay nombres propios de la esfera política estadounidense. Realmente aterrador. Para el que haya aguantado hasta aquí, no hay mucho más que decir: vayan a www.raptureready.com , miren el rapture index, analícenlo, lean la extensa sección de Preguntas Frecuentes, fíjense en lo grande que es la página y lo bien estructurada que está; la cantidad de visitas diarias que tiene. Gente que seguramente no accesa para conocer el rapture index, sino gente que lo conoce muy bien, gente que encuentra respuestas en ésta página, miles y miles de personas que esperan deseosos el rapture, gente que, vuelvo y repito, no sólo tienen una actitud indiferente ante los problemas que asolan a la Humanidad –ojala fuera sólo eso—sino que harán todo lo posible por catalizar el comienzo de la tribulación, tiempo en el que serán simplemente tomados y llevados al Cielo, para luego, en primera fila asistir a la destrucción de todos los que no son como ellos. Links Relacionados: http://www.raptureready.com - La página Principal http://en.wikipedia.org/wiki/Rapture - Entrada de Wikipedia http://www.raptureready.com/rap2.html - El Rapture Index http://www.leftbehind.com/ - The Left Behind, los bestseller #1 en Estados Unidos
Continúo con la traducción de ensayos, y como lo había mencionado, aquí les traigo el primero de los ensayos de Greg Graffin. Pero primero quiero mencionar varias cosas, la primera de ellas darle las gracias a todos los que visitan este blog por haber llegado y superado las 400 visitas, realmente espero que les guste mi trabajo y que se entretengan con este blog...es por ustedes que lo hago. Segundo mencionar que estuve varios días sin postear debido a que no tuve tiempo realmente, y la semana que viene se avecina peor en la universidad; de todas maneras, haré el esfuerzo por ir posteando regularmente. Metiéndonos en el ensayo, solamente mencionar que el título no lo intenté traducir ya que me parece bastante explícito en inglés, y realmente perdería mucho si lo tradujera, de hecho, ni siquiera sé si es posible traducirlo con sentido. Más allá de esto, disfruten el ensayo, y espero sus comentarios.
WEB-SURDITIES » Greg Graffin Bad Times, 12/98
Quizás esto se convierta en una columna permanente en Bad Times…
La world-wide web (el Internet) está creciendo a un ritmo tan exponencial que los problemas aparecen y nadie parece darse cuenta. Esta columna será un “baño de realidad” para aquellos que han perdido el sentido de lo que significa ser humanos, y consecuentemente tienen una visión retorcida de la realidad, como resultado del excesivo tiempo que pasan conectados al Internet. Espero que mis opiniones provoquen discusiones productivas.
Recientemente, leí un artículo que se refería a la creciente moda de los “Demostradores Digitales” (Wall Street Journal, Dec. 3, 1998). Decía que las “máquinas virtuales” podían ser una manera efectiva de lograr el cambio social. Aseguraba que “los activistas pueden demostrar con un solo clic…”
¡Esto realmente me molestó! Primero que todo, es una gruesa malinterpretación de lo que motiva el cambio político y social. Al fin y al cabo, el cambio social proviene de un patrón de conducta basado en emociones y sentimientos. La razón por la que las personas cambian al unísono es porque estamos unidos por respuestas emocionales similares. No procedemos a cambiar las leyes si no tenemos una experiencia emocional que nos conecte con el problema político.
Por ejemplo, aquellos que han experimentado el sufrimiento de un ser querido en su lecho de muerte están profundamente motivados a cambiar las leyes acerca del suicidio asistido por el doctor debido a su intensa similitud con la respuesta emocional provocada por el sufrimiento de su ser querido. O también, aquellos que han experimentado discriminación, racismo o pobreza, tienen una conexión emocional el uno con el otro, y consecuentemente, están profundamente motivados a cambiar sus condiciones sociales. Las “protestas en E-mail” si acaso cruzan el umbral de obtener algún tipo de apoyo. El Internet es tan anónimo, y es un termómetro tan pobre de las emociones de sus usuarios, que es muy difícil verificar si las palabras e imágenes que estamos viendo fueron siquiera generadas por un ser humano.
Pero no nos equivoquemos y asumamos que comportamientos tales como marchas de protesta, sentadas, conciertos de beneficencia, discursos, y todas las demás tipos de reuniones sociales pudieran ser reducidos a medios electrónicos que efectivamente pudieran filtrar todas nuestras conexiones emocionales. ¿De qué manera medimos la seriedad de la causa? Lo vemos y lo experimentamos con nuestros sentidos.
Cuando un millón de personas se aparecen reunidas en Washington D.C. y exigen ser escuchadas, ésta es una poderosa y conmovedora expresión de lo que significa el SER humano, social y consciente. El correo electrónico efectivamente nos aísla de la sociedad y de la consciencia, y es precisamente por eso que fracasa como medio de protesta. Tampoco es que haya algo peligroso acerca de él. ¿Qué puede hacer la incontrolable “masa electrónica” si su “causa electrónica” no es legislada? Mandar más “correos electrónicos de odio” (¡Para, me estás asustando!). Pero una enorme multitud, reunida en un lugar, es peligrosa y puede moverse. Esta multitud es la prueba viviente de que hemos cometido errores garrafales en nuestras leyes y políticas. Tan garrafales, de hecho, que estas personas están lo suficientemente enojadas como para abandonar la comodidad y la privacidad de sus hogares, y permitir que sus rostros sean vistos, para que sus voces sean escuchadas. Y si son ignoradas, habrá problemas.
Para resumir, el correo electrónico puede ser usado para alertar a las personas acerca de problemas pendientes, pero no constituye la demostración de esos problemas. Las “protestas electrónicas” están destinadas a fracasar en su intento de lograr cambios sociales porque no están basadas en el contacto entre humanos. El contacto, la mezcla de los sentidos, la conexión de las experiencias humanas, es necesaria en cualquier tipo de protesta o demostración significativa. Si las protestas se volvieran sólo electrónicas, no habrá nada más que una alegoría, una parodia de la naturaleza humana, tan caprichosa e inestable como los electrones cargados que bailan a través del monitor de la computadora, girando sin control ni orden alrededor de un núcleo que solamente los sostiene temporalmente.
Videos: (1)La marcha de inmigrantes del 25 de marzo en Los Angeles, California. (2)Cosas por las que merece la pena protestar, excelente video by Pocho77.