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Evo y los Fantasmas de Allende
sábado, diciembre 27, 2008

Panamá, 25.Septiembre.2008


Evo Morales, presidente de Bolivia, realizó una visita relámpago a Panamá el viernes. En ocho horas, se las arregló para reunirse con Martín Torrijos, visitar las esclusas de Miraflores, y asistir al Paraninfo de la Universidad de Panamá para recibir un Doctorado Honoris Causa. El evento en el Paraninfo fue sin duda el más importante de su agenda y creó muchas expectativas no sólo por todo lo que rodea al presidente Aymara sino también por la difícil situación que se ha vivido en Bolivia en los últimos días.

Escuchándolo hablar, tuve una sensación que no he sentido jamás al escuchar a otro político. Evo me pareció sincero, sencillo y humilde. Me pareció un tipo que sabe lo que es la pobreza, lo que es la injusticia, lo que es el hambre y la miseria. En definitiva, más que un revolucionario, me pareció un tipo muy consciente del rol histórico que le toca jugar y dispuesto a hacer las cosas lo mejor que pueda.

Los sucesos que han ocurrido en las últimas semanas un Bolivia y la coincidencia de fechas han hecho a no pocas personas ver en Evo Morales un posible Salvador Allende, el trágico presidente chileno que murió bombardeado dentro del palacio presidencial de La Moneda un 11 de septiembre de 1973. El golpe de Estado en Chile es uno de los episodios más dantescos que se recuerden y definitivamente un capítulo de la historia latinoaméricana que se ha repetido lastimosamente ya demasiadas veces.

Pero, al parecer, esta vez la Historia está con Evo. Más allá de su abrumador apoyo popular, todo parece indicar que la lealtad del ejército está más que asegurada para el presidente. Morales también cuenta con el apoyo de sus vecinos. Al agravarse la violencia, la presidenta chilena Michelle Bachelet convocó una reunión de naciones en la que Sudamérica al completo expresó su total apoyo al presidente boliviano, y que ha sido citada por los presidentes Lula y Cristina Fernández en la Asamblea General de la ONU como un “ejemplo de multilateralismo en acción”. Sudamérica no solo muestra unidad, sino que se enorgullece de ella. Y por si fuera poco, Evo parece no haber siquiera empezado a sufrir los síntomas del poder: contrariamente a lo que hubiera hecho cualquier endiosado dictador, Morales permitió que las agresiones de los autonomistas aumentaran hasta que prácticamente todas las organizaciones internacionales le pidieron que autorizara al ejército boliviano a usar la fuerza.

La decisión no fue sencilla. Muchas personas consideran que si Morales hubiera autorizado antes al ejército a actuar, muy probablemente la masacre de El Porvenir –en la que murieron más de 30 personas—se podría haber evitado. El presidente tiene el deber de proteger a su pueblo, y al esperar tanto tiempo, Morales permitió que se cometieran abusos y atrocidades contra los ciudadanos de Bolivia. Por otro lado, sería necio no reconocer que, de haber dado la orden antes, hubiera mordido la carnada de sus opositores. El viernes en rueda de prensa tuve la oportunidad de cuestionarlo al respecto y su respuesta no pudo ser más sincera: “Si hubiera autorizado el uso de la fuerza antes, ahora me estarían acusando de asesino”. Evo, por supuesto, sabe que ese acierto (es la primera vez que organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch le piden a un presidente que intervenga militarmente y declare un estado de sitio) costó la vida de muchos bolivianos, pero nadie dijo que ser presidente era una tarea fácil.

Más allá de que el futuro de Morales no parece coincidir con el de Salvador Allende, un golpe de Estado no es la única amenaza que se cierne sobre el presidente indígena. Philip Goldberg, embajador de EEUU en Bolivia, fue expulsado por Morales por “conspirar contra la democracia”. Conspirador o no, su historial no era de mucha ayuda. Habiendo trabajado en Yugoslavia, Goldberg es la última persona que querrías tener alrededor cuando tu país afronta problemas de unidad nacional.

Al poco de expulsado Goldberg, Hugo Chávez no perdió oportunidad y, en un “acto de solidaridad”, expulsó también al embajador norteamericano en Caracas. Washington, la “capital del imperio”, no tardó en responder. Los embajadores de ambas naciones sudamericanas no tardaron en ser devueltos con lacito a sus respectivos países, desatando una crisis diplomática a la que habrá que seguir muy de cerca. Con la 4ta Flota reactivada y navegando a sus anchas, puede que por primera vez sea una bendición para Bolivia el no tener costas.

Pero, ¿que tan creíble es la amenaza de Estados Unidos y la oligarquía? Creo que, a diferencia de la mayoría de las “revoluciones” que se han llevado a cabo en países tercermundistas, Bolivia a priori es un lugar ideal para llevar a cabo una revolución social. Cerca del 90% de la población es indígena, y son casi en su totalidad extremadamente pobres. En las provincias de Santa Cruz y Beni, 14 familias poseen alrededor de tres millones de hectáreas (sí, treinta mil millones de metros cuadrados o 30,000,000,000 m2). Los enfrentamientos y la violencia que han generado no son más que la minoría adinerada protestando contra lo que consideran una injusticia: que se reparta la riqueza equitativamente. Nadie duda de que Estados Unidos está apoyando de una manera u otra a los autonomistas, de la misma manera que apoyó el derrocamiento de Allende o el golpe a Chávez en abril de 2002. Pero, y espero no equivocarme, esta vez lo veo más complicado.

Varias razones se me vienen a la mente: primero, Estados Unidos influye e intimida cada vez menos a nivel mundial. Bolivia ha establecido excelente relaciones diplomáticas con Libia e Irán y seguramente no tardará en hacer algun tipo de alianza con Rusia y China, sin que los norteamericanos haya siquiera intentado hacer algo al respecto. Segundo, la situación en Bolivia es escandalosamente injusta. La distribución de tierras y riquezas es más propia de la Edad Media que del siglo XXI. Es muy difícil defender a los oligarcas en esa situación. Tercero, Morales no está solo: tiene a todos sus vecinos cubriéndole las espaldas y apoyándolo a muerte. Los principales beneficiarios del gas natural boliviano son Brasil y Argentina, y por ende tienen un gran interés en que la situación en Bolivia se estabilice. Quinto, tiene al ejército de su lado, al menos de momento. Sexto pero quizás primero en importancia, Morales tiene al pueblo consigo. El mes pasado el mandatario fue reafirmado en su cargo en un referendo en el que aumentó en casi 15 puntos porcentuales (67%) la mayoría que había obtenido en las elecciones que lo auparon en la presidencia.

Por último, Morales parece conocer la Historia y está manejando la situación de manera admirable. No ha caído en las provocaciones y ha logrado hacer quedar a los autonomistas como un grupo de niños ricos malcriados que no quieren compartir su juguete con los demás. Pero yo le haría una advertencia al presidente Bolviano: si de verdad quiere que su histórica aventura en el poder termine bien, que aprenda a soltarlo en el momento apropiado. “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, dijo alguna vez el Barón Acton. Hace unos días, Hugo Chávez expulsó a miembros de la delegación de Human Rights Watch (HRW) en Venezuela, decisión que ha provocado el repudio de innumerables organizaciones internacionales. HRW, una de las organizaciones más prestigiosas de derechos humanos a nivel mundial, lleva ya un tiempo reportando que Venezuela está entrando en una peligrosa espiral de autoritarismo e intolerancia. Chávez, que tanto estudia a Bolívar, parece empeñado en tirar por la borda todo lo bueno que ha hecho y cumplir su destino de dictador de turno. Morales haría muy bien en tomar nota de esto. Por ahora lo está haciendo bien, a pesar de que a muchos les provoque cierta estridencia en los oídos cuando escuchan al presidente indígena atacar al “imperio” y al neoliberalismo que tanto daño ha hecho a la gente de su país.

En todo caso, ¿quién se atreve a decir que Evo no tiene razón cuando en Bolivia el 5% de los productores poseen el 89% de la tierra cultivable?

Desde luego, yo no.

posted by RicAngel @ 23:53  
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