Panamá, 06.Octubre.2008

La práctica del nepotismo es una de las más arraigadas históricamente en nuestra política Latinoamericana. Se podría decir, exagerando un poquito, que nepotismo y gobierno van de la mano en América Latina. Claro está que es una práctica nociva y corrupta, que aparece siempre denunciada en los discursos de todos los candidatos que aspiran a algún cargo que les dé poder. También es obvio que –en términos generales—nuestro continente ha evolucionado políticamente. Las democracias Latinoamericanas se han hecho más fuertes, y el nepotismo ha mermado significativamente como práctica casi tradicional en nuestros gobiernos.

No obstante, ésta evolución parece no haber llegado a Venezuela. El que se autoproclama como “socialismo del siglo XXI” presenta niveles de nepotismo propios del siglo XIX.

En Nicaragua Daniel Ortega, reconocido por todos como un gran amiga de Chávez, no ha querido quedarse atrás en ésta práctica, quizás para demostrar que apoya a su amigo bolivariano tanto en lo “bueno” como en lo “malo”.

Venezuela: 'Flores' en la Asamblea y la 'familia real' de Barinas

Sarcasmos aparte, los niveles de nepotismo en estos dos países son, como poco, alarmantes. Y como mucho, escandalosos. En Venezuela, recientemente se reveló que la presidente de la Asamblea Nacional mantiene a más de 40 familiares en diversos cargos del órganismo legislativo. La situación llegó a la prensa española, y el 17 de Julio el diario español publicó un reportaje en el que explicaba que “unas denuncias formuladas ante la Fiscalía y la Contraloría por ex empleados del Poder Legislativo acusan a su presidenta, Cilia Flores, de haber aupado a 37 familiares en puestos administrativos, violando en muchos casos los procedimientos de contratación y concurso público”. En el mismo artículo, Teodoro Petkoff, intelectual y director del diario satírico Tal Cual, afirmó que “con esta marca Flores ha batido el récord de su amado líder [Hugo Chávez], quien en Barinas tiene enchambada [empleada] a casi toda su familia”. Pero Flores fue más allá: mientras que Chávez limita su nepotismo a los familiares directos, "La doctora Flores ha metido parientes hasta el cuarto grado de afinidad y, por lo visto, a todos los consanguíneos que encontró'', escribió Petkoff en un editorial en Tal Cual. Hay incluso un chiste que cuentan en el Parlamento venezolano, según el cual, si alguien camina por los pasillos o entra en una oficina y grita “¡Flores!”, la mitad de los presentes se da la vuelta.

En Sabaneta, poblado donde Hugo Chávez nació en 1954, una valla da la bienvenida a los visitantes con una imagen de Chávez y las palabras, “Cuna de la Revolución”. Aquí, el alcalde es Rafael Chávez, hermano menor del presidente, y el gobernador del estado circundante, Barinas, es el padre de ambos, Hugo de los Reyes Chávez.

“Nosotros los conocemos como la familia real de Barinas”, dijo, en una entrevista con el Diario Las Americas Antonio Bastidas, político de la oposición en Barinas que creció jugando béisbol con Chávez y sus hermanos. “Ellos no tenían nada cuando empezaron y ahora se hacen llamar revolucionarios, aunque sean revolucionarios que muestran todas las señales que conlleva el poder”.

Aparte de éstos familiares, Chávez creó el puesto de secretario de estado de Barinas, y el primer afortunado que ejerció (y ejerce) de secretario es su hermano Argenis Chávez. Otros hermanos, como Adelis –banquero y que además supervisa la construcción del nuevo estadio de fútbol de Barinas—, Narciso –que ha ejercido importantes puestos en las embajadas venezolanas en Canadá y Cuba—y Adán –ex-embajador en Cuba, secretario particular del presidente y ahora ministro de educación—se han visto beneficiados por el lado más dulce de la revolución bolivariana.

Nicaragua: Cinismo familiar

En el país centroamericano la situación roza lo surreal. Allí, al ser cuestionada por viajar con sus hijos e hijas –incluso con los noviecitos de algunos—a las giras presidenciales, la primera dama nicaragûense no tuvo reparos en justificar que todos sus hijos, ocho en total, cumplen una función específica en el gobierno. Tan importante es la función de cada uno de ellos, que forman parte de las giras, “porque tienen una misión que cumplir y, más bien, son un aporte. Ellos (sus hijos) no son carga para nadie, y muchos menos para las familias nicaragüenses”. Ortega, desde que asumió el poder el 10 de enero de 2007, ha viajado a Argelia, Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, irán, Libia, México, Panamá, Senegal y Venezuela. A todos estos viajes ha llevado una nutrida comitiva, en la que han incluso figurado sus nietos. Ni él ni su esposa han dado más detalles acerca de las tan importantes funciones que realizan sus hijos, sus respectivos cónyuges y hasta sus nietos en estos viajes.

A pesar de la pésima imagen que ofrece, los Ortega se defienden. El contralor General de la República, el sandinista Luis Ángel Montenegro, ha declarado a la prensa que tras hablar con el ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Guevara, encontró que en el asunto de los viajes no se ha incurrido en gastos por parte del Estado, porque todo ha sido pagado "por gobiernos amigos".

El tema del nepotismo ha hecho que muchos vean similitudes entre la familia Ortega y la familia del dictador Somoza. Y es que durante el gobierno de Anastasio Somoza García, su hijo Luis Somoza Debayle fue senador, mientras el otro hijo, Anastasio, era jefe del Estado Mayor, y su yerno, Guillermo Sevilla Sacasa, fue embajador en Washington hasta el día cuando los sandinistas, en 1979, llegaron a sacarlo. Resulta curioso, curiosísimo que Ortega, siendo un sandinista y crítico de Somoza, siga el ejemplo del ex-dictador con tanta exactitud.